YO Y LAS COSAS INACABADAS







Hoy por fin he terminado algo.

Estoy sorprendida.

Mi problema no es comenzar un proyecto, es el final. Soy de esas personas que no acaban las cosas.
Por no acabar, ni terminé con ninguna de mis relaciones: o me dejaron o me fui, huyendo de puntillas, sin decir un claro adiós y dejando que el tiempo fuese haciendo su magia. (Y menos mal que él sí la hace, sino "Houston, tenemos un problema"...)

Acabar las cosas se me da mal.
Es tener que desprenderte de algo que tiene que ver contigo, que te arranquen un pedazo de ti y ¿qué puedo decir? Soy una nostálgica que se aferra a una migaja por el mero hecho de fantasear. Soñar te permite crear un mundo enorme de posibilidades y no nos vamos a engañar, eso me resulta extremadamente divertido. ¿Irreal? Desde luego. 

Habrá gente que me conozca y piense: "pero en el trabajo no eres así". Cierto. (La respuesta se encuentra escondida en la propia afirmación....continuemos).

No os voy a mentir, las cosas son así: tengo la casa a medio pintar, la mudanza de hace cuatro años con cajas por desembalar, el suelo del salón por poner, restos de pintura por quitar, el piso medio amueblado, empecé varios libros y todos están a medio leer y unos cuantos cuadernos escritos sin completar entre otras cosas...(Al parecer, tampoco acabo las listas. ¿Por eso seré tan fan de los puntos suspensivos?)

Creo que esa incertidumbre me hace gracia. Completar algo, de repente, parece triste, como las decenas de cartas que algún día escribí, pero que nunca envié.

El no poner punto y final me permite comprender el amor que no avanza ni el corazón curado por completo, la lágrima que se aferra al párpado, el silencio tras la pregunta...

Adoro las historias: leerlas, escribirlas,...pero no los cuentos con finales felices. En ellos nunca muestran lo real, sólo la máscara de la posibilidad, social y mayoritariamente aceptada. "Lo que debe ser".

Llamadme rebelde si queréis ya que, en algún momento de mi existencia, decidí quedarme en este limbo entre inicio y fin, en el nudo de la vida: ese que ata, amordaza y deja marcas en la piel. Allí es donde se fortalece el carácter, se forja la valentía, nace la soledad...Y dónde nada es seguro o todo es posible.


Comentarios

  1. Como fan incondiconal de los puntos suspensivos y dramático en cuanto a finales se refiere, que terminar algo es rematar de dar forma a una cosa y da mucha satisfacción y ninguna nostalgia, al contrario.

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