LÁUDANO








Pesa...

Lo volátil, lo etéreo, 
el vacío, este hueco, 
el silencio tras la melodía.

Recordar...

El suave rasgueo de tus manos,
el baile que creamos,
nosotros, composición de la inocencia.

Libre...

Moldea tus sueños infantes,
dirige los instrumentos con su compás perfecto.
Tempo vibrante de suspiros y pieles,
percusión profunda y sincera del pecho.

Haz de nosotros una bonita canción...

Crea tus obras en el pentagrama de mi espalda, 
erizando un cuerpo desnudo 
donde lunares y notas nos guiarán 
por el complejo camino de la intimidad.
El mejor de los cantos,
la pulsión nocturna de lo deseado.
Vivamos ese instante de felicidad.

Volvamos a ser esos niños ilusionados...

Déjame ser tu música más pura,
abandónate a ella,
a la emoción, 
a ese concierto de Rachmaninov.

Haz lo que siempre quisiste crear, 
ponle mi nombre al latir.

Encontremos ese momento de paz...

Pero aquí estoy, 
como una niña perdida en Nunca Jamás 
olvidando la promesa del regreso del bohemio arlequín.

No estás...

Te presento en la soledad
un pedazo de mi mundo para ti
de color azul vulnerabilidad...

Como el mar de esa playa, 
como el cielo donde ya no puedes volar.

Pesa el silencio tras la melodía...

El fin de la sinfonía.

Comentarios

  1. Hola Coral.
    Lindo, hermoso, una sinfonía completamente afinada, riqueza de palabras y sentires que genera música al leer.
    Nada que críticar, me encanta.

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