Historia de lo nuestro
Hoy me has pedido que escriba nuestra historia…
Que entre palabras exprese mis sentimientos, mis
pensamientos y mis deseos de “lo nuestro” y lo comparta con el mundo…Y aquí
estoy, intentando buscar un principio donde empezar…
Tantas imágenes vienen a mi cabeza, desordenadas y
atropelladas, que pensaba olvidadas después de todos estos años…
Pienso en la primera vez que te vi, pero si me preguntas
detalles quizás no supiera contestarte. Recuerdo la cantidad de gente que
pasaba por la boca de metro de Callao, donde habíamos quedado y sin saber muy
bien como, por arte de magia, nos veo en una cafetería hablando, escuchando,
riendo, conociéndonos…Y aunque estábamos nerviosos, no me parece que nos
resultase difícil estar juntos desde el principio.
Lo siguiente que mi mente recupera, es ir a la zona de
pirámides (¿se llama así?)…Por lo que acabas de descubrir, poco iba por allí.
De hecho, se podría decir que sólo estuve allí contigo.
Fue allí donde nos
besamos por primera vez, después de días deseando volver a verte. ¿Tú sentías lo
mismo?
A raíz de ese momento, empezamos a compartir el poco
tiempo que teníamos de la mejor forma que podíamos…
Me encantaba que me fueses a buscar al trabajo, aunque te
quedases en la esquina de la boca del metro porque te daba vergüenza ir hasta
la puerta y en concreto recuerdo una noche en la que sabías que había tenido
una semana dura y me llevaste una bolsa de gominolas para endulzarme por lo
pasado esos días. Me encantaría saber que esos pequeños detalles no los has
perdido con el tiempo porque podrían derretir hasta el corazón más congelado,
como en ese momento lo era el mío.
Deseaba que llegase el sábado para poder estar a tu lado las
pocas horas que podíamos, paseando, cenando, riendo…sobre todo riendo… ¿Te
acuerdas que siempre nos reíamos y bromeábamos? ¡¡¡Tanto que hasta que me
pediste que fuese tu novia y pensaba que era una de tus bromas!!!
Pero si hay un momento significativo para mí, serían los
Reyes que pasamos juntos…Cuando abrí la caja y me encontré una edición preciosa
de mi libro favorito…Y me explicaste todo lo que te costó encontrarlo.
Si alguna vez fui completa y sinceramente tuya, ese sin duda
sería el momento…
Pero del mismo modo también fue el comienzo de que se
complicase todo…Querer y necesitar pasar más tiempo junto a ti y no poder…Después
de meses a tu lado, empezando a sentir que podría estar enamorándome, algo que
había intentado evitar para que no me hicieran daño…Y no tenerte a mi lado…Me
dio miedo la soledad.
Pero más miedo me dio cuando después de dejar que entrases
en mi vida como nadie lo había hecho desde hacía mucho y explicarte que me
sentía sola y que necesitaba más, me dijeses que no eras lo suficientemente
bueno para mí…y lloré entre tus brazos, en público, algo que no es propio en
mí…y llegó el fin.
Todas los momentos, los lugares que compartimos, las bromas,
las canciones, las caricias, los besos,…Igual que fueron viniendo,
desaparecieron…Toda la confianza que habíamos depositado en el otro, se
esfumó,…
Dicen que todo pasa por un motivo…Quizás el motivo se aclare
años más tarde…
Dos personas adultas que se vuelven a encontrar, que vuelven
a compartir, a quizás volver a ilusionarse con algo…
Quizás concluir los asuntos pendientes que dejamos entre
alfileres, quizás sólo sea cerrar el círculo, quizás sea dar una vuelta más…Quizás sea hora de decir adiós...O un nuevo hola...
Vidas nuevas, personas nuevas, más maduras, más
experimentadas, ¿más seguras?
Puede que nada de lo hablado sea importante y simplemente
debamos dejarnos llevar, volver a ser esos jóvenes por unas horas: volver a ser
ese chico moreno con esos aritos que me volvían loca y que me hacía reír,
desconectar, sentir…y yo volver a ser esa joven que llevaba tu anillo en una
cadena aun después de ti, que te escuchaba y que espera que en algún momento te
hiciese sentir lo mismo que sentía ella por ti y con la misma sinceridad.
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